Ojos de Latina

De lo singular a lo colectivo

50 años de Rayuela, de Julio Cortazar

Julio Florencio Cortázar Descotte de nacionalidad Argentina, nació en Ixelles, Bélgica en 1914 y murió en París en 1984, es sin lugar a dudas uno de los autores más destacados de la literatura latinoamericana. 

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Rayuela, una de las primeras obras de literatura surrealistas de Argentina, cumple hoy 50 años del lanzamiento de su primera edición. En palabras del autor sobre Rayuela,  “de alguna manera, la experiencia de toda una vida y la tentativa de llevarla a la escritura”. 

Con un estilo innovador para el momento, esta novela puede leerse de 3 formas distintas, son 155 capítulos donde el lector puede hacerlo de forma tradicional, del primer al último capítulo, como también empezando por la primera página hasta el capítulo 56, o también utilizando el “Tablero de dirección” que salta y alterna los capítulos según lo propone el autor. Por supuesto, siempre queda la forma de leerlo simplemente como uno quiera.

Personalmente nunca he sido una romántica, sin embargo, Rayuela llega a estremecer al más duro de los corazones 🙂

Tomado de: http://pendientedemigracion.ucm.es/info/especulo/numero28/rayuela.html
Tomado de: http://pendientedemigracion.ucm.es/info/especulo/numero28/rayuela.html

En varios países Latinoamericanos y en España, se realizan homenajes, exposiciones, tertulias esta semana con motivo de esta conmemoración.

Les dejo el capítulo 7, inolvidable para el que ha sido parte de este juego literario de Cortázar.

“Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.

      Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.”

También algunos links con artículos interesantes sobre esta novela

ARGENTINA. Argentina festeja los 50 años de novela Rayuela con edición de lujo

COLOMBIA. 50 años de Rayuela: París y el ‘jazz’, íntimos de Julio Cortázar

ESPAÑA. Una exposición recuerda la obra cumbre de Julio Cortázar, “Rayuela”

MÉXICO. Edith Aron: La Maga de Cortázar

MÉXICO. Artistas celebran los 50 años de “Rayuela”, de Julio Cortázar

PERÚ. Ciclo de conferencias 50 años de Rayuela, de Julio Cortázar

@Doblepe 32 Frases y extractos de Rayuela de Julio Cortázar

3 thoughts on “50 años de Rayuela, de Julio Cortazar

  1. Val, y te dejo este capítulo vibrante, para tu deleite:

    Rayuela, capítulo 68

    Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso y caían en hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes. Cada vez que él procuraba relamar las incopelusas, se enredaba en un grimado quejumbroso y tenía que envulsionarse de cara al nóvalo, sintiendo cómo poco a poco las arnillas se espejunaban, se iban apeltronando, reduplimiendo, hasta quedar tendido como el trimalciato de ergomanina al que se le han dejado caer unas fílulas de cariaconcia. Y sin embargo era apenas el principio, porque en un momento dado ella se tordulaba los hurgalios, consintiendo en que él aproximara suavemente su orfelunios. Apenas se entreplumaban, algo como un ulucordio los encrestoriaba, los extrayuxtaba y paramovía, de pronto era el clinón, las esterfurosa convulcante de las mátricas, la jadehollante embocapluvia del orgumio, los esproemios del merpasmo en una sobrehumítica agopausa. ¡Evohé! ¡Evohé! Volposados en la cresta del murelio, se sentía balparamar, perlinos y márulos. Temblaba el troc, se vencían las marioplumas, y todo se resolviraba en un profundo pínice, en niolamas de argutendidas gasas, en carinias casi crueles que los ordopenaban hasta el límite de las gunfias.

  2. “No renuncio a nada, simplemente hago todo lo que puedo para que las cosas no me renuncien a mí.” Cortazar.

    pd. excelente ARTICULO.

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